Amoenitas loci, paupertas, caritas : la arquitectura de la Universidad de Alcalá, hipótesis gráficas sobre la fundación de Cisneros / Pilar Chías

por Chías Navarro, Pilar

Libro
ISBN: 9788409461837
Descripción Física: 84 p. : il. ; 23 cm
Signatura Copia Colección
22/443 15904 Libros modernos después de 1900

Imaginen que ven amanecer a diario en el antiguo "jardín del río", encerrado entre viejos muros de ladrillo del siglo XVII y recientemente poblado de olorosos tilos y de adelfas; que después, coincidiendo con las primeras luces del día, recorren una sucesión de callejuelas, adarves y plazas de trazado medieval en las que cada rincón evoca los tiempos en los que la ciudad fue un modelo de tolerancia civilizada, cuando judíos, moros y cristianos convivían en una de las urbes más importantes del Reino de Castilla; y que comprueban que la ciudad conserva una escala humana, que el perfil de las calles apenas ha cambiado, y el sol empieza a dorar las laderas de la paramera del Ecce Homo desde la serliana puerta del edificio en el que desarrollan su trabajo.
Una vez dentro del convento del Carmen Calzado, que hoy alberga la prestigiosa Escuela de Arquitectura de la Universidad, podrán ver discurrir desde sus ventanas una vida urbana ajena a las urgencias de nuestro siglo, como "diablos cojuelos" capaces de sobrevolar tejados, tapias, claustros conventuales, jardines cerrados y hortus conclusus en los que el tiempo parece haberse congelado. Y podrán oler la tierra mojada, el frescor que transmiten los arbustos recién recortados, las arizónicas y los cipreses que flanquean la calle, mientras comparten con el vecino convento de las Úrsulas la alegría de las flores amarillas de la retama en abril.
Para mí no se trata de imaginaciones, sino de las experiencias y las percepciones que se han hecho cotidianas desde que hace veinte años tuve la fortuna de trasladarme a la Universidad de Alcalá.
Pero la ciudad es así porque así son sus gentes, que han sabido preservar su memoria histórica; del mismo modo que la Universidad mantiene sus cualidades arquitectónicas y sus valores espaciales porque un grupo de sus ciudadanos, la Sociedad de Condueños, tuvo la voluntad de reunirse a partir de la década de 1850 para adquirir en pública subasta los edificios que le habían sido expropiados, preservando así gran parte de un patrimonio tan extraordinario que ha merecido ser distinguido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.



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Fundación Juanelo Turriano 15904 22/443

Imaginen que ven amanecer a diario en el antiguo "jardín del río", encerrado entre viejos muros de ladrillo del siglo XVII y recientemente poblado de olorosos tilos y de adelfas; que después, coincidiendo con las primeras luces del día, recorren una sucesión de callejuelas, adarves y plazas de trazado medieval en las que cada rincón evoca los tiempos en los que la ciudad fue un modelo de tolerancia civilizada, cuando judíos, moros y cristianos convivían en una de las urbes más importantes del Reino de Castilla; y que comprueban que la ciudad conserva una escala humana, que el perfil de las calles apenas ha cambiado, y el sol empieza a dorar las laderas de la paramera del Ecce Homo desde la serliana puerta del edificio en el que desarrollan su trabajo.
Una vez dentro del convento del Carmen Calzado, que hoy alberga la prestigiosa Escuela de Arquitectura de la Universidad, podrán ver discurrir desde sus ventanas una vida urbana ajena a las urgencias de nuestro siglo, como "diablos cojuelos" capaces de sobrevolar tejados, tapias, claustros conventuales, jardines cerrados y hortus conclusus en los que el tiempo parece haberse congelado. Y podrán oler la tierra mojada, el frescor que transmiten los arbustos recién recortados, las arizónicas y los cipreses que flanquean la calle, mientras comparten con el vecino convento de las Úrsulas la alegría de las flores amarillas de la retama en abril.
Para mí no se trata de imaginaciones, sino de las experiencias y las percepciones que se han hecho cotidianas desde que hace veinte años tuve la fortuna de trasladarme a la Universidad de Alcalá.
Pero la ciudad es así porque así son sus gentes, que han sabido preservar su memoria histórica; del mismo modo que la Universidad mantiene sus cualidades arquitectónicas y sus valores espaciales porque un grupo de sus ciudadanos, la Sociedad de Condueños, tuvo la voluntad de reunirse a partir de la década de 1850 para adquirir en pública subasta los edificios que le habían sido expropiados, preservando así gran parte de un patrimonio tan extraordinario que ha merecido ser distinguido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.


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